14 oct 2007

Tensión

Nadie podrá atarme jamás.
Soy el círculo que toda pupila agradece.
Soy el agua azucarada que salva vidas.
Tengo millones de diminutas respuestas apiladas,
expectantes, en oferta.
Soy cada uno de mis latidos.
Y a la vez,
siento una máquina de escribir
pesada sobre mi pecho,
taquigrafiando mi ritmo respiatorio.
De este modo resulta imposible escaparse de cualquier cosa.
Siento que soy
un papel de calcar,
sumamento fino y delicado,
pero manchado hasta el cansancio,
impuro.
Me he olvidado cómo se siente ser transparente.
Soy una hermosa hoja de papel
con quien alguien ha limpiado
las más horribles formas de tristeza.

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal